Últimamente su oficio no consistía más que en retocar mariposas. En la ciudad había muchas personas, niños y mayores, que coleccionaban estos bellísimos insectos en cajitas con tapas de cristal dentro de las cuales las colocaban atravesadas con un alfiler y con las alas extendidas. Y ya sabían que si por cualquier cosa alguna de estas mariposas perdía sus bellos colores, había que llevársela al señor Juan; quién enseguida la pintaba de nuevo, y muy artísticamente por cierto, con sus pinceles.
jueves, 22 de diciembre de 2011
El Pintor de Mariposas
Un hermoso cuento de Rafael Santos Torroella.
Érase una vez un pintor pobre ya muy viejecito que vivía en una humilde buhardilla. Los vecinos no sabían nada de el; solamente que se llamaba el señor Juan, que no tenía familia ni amigos y que se las arreglaba el solo en su modesto cuartito, teniéndolo siempre muy bien aseado y alimentándose poco mas que con un panecillo y una botella de leche que la portera le dejaba todos los días junto a la puerta de su vivienda.
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Bella historia :3
ResponderBorrarya no las hacen asi, ahora es pura bala bombas hight school musical
increible cuento para los chicos con sencillez y estilo
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